La salud bucodental

El cuidado de la salud bucodental tiene mucho que ver con el modo y estilo de vida de una población.

La salud oral tiene que formar parte de la salud en general y estar orientada a modificar costumbres y/o hábitos alimentarios e higiénicos dentales y dejar de ser una actividad separada. Se mejoran las condiciones de salud dental mediante el control de los de factores de riesgo tales como la reducción del consumo de azúcar, fluoración, higiene oral eficaz, reducción del consumo de tabaco y alcohol, prevención de traumatismos y uso adecuado de los servicios de salud bucodental, de esta manera y al mismo tiempo se incide de manera importante sobre un gran número de enfermedades.

Es una tarea que requiere del esfuerzo y responsabilidad individual y de la familia. Es importante que dentro de la familia, los miembros que la componen adquieran estilos de vida saludables como el hábito del correcto cepillado dental, hábitos dietéticos saludables con el control de la dieta cariogénica (alimentos con un alto contenido de azúcar), evitar la producción de hábitos bucales deformantes como "chuparse el dedo", ya que es muy importante en las primeras etapas de la vida del niño, el fomento de salud del mismo. Todo lo que se repite se convierte en un hábito, bueno o malo; si practicamos todos los días algunos de los buenos hábitos, llegarán a formar parte de nuestra personalidad, de nuestra cultura.

  • PREVENCIÓN DE SALUD BUCAL
    Ciertos hábitos adquiridos a lo largo de la vida repercuten en diversas estructuras de la boca, tanto en los de mayor dureza (dientes), como en otros de menor resistencia (mucosas). Algunas de las alteraciones asociadas son las producidas, entre otras, por morderse las uñas, mordisqueo de los labios (labios agrietados: queilitis exfoliativa y fisurada, etc.) y mordisqueo de mejillas (línea alba marcada).

    Los factores genéticos (además de los ambientales y los hábitos alimentarios) y los de succión, condicionarán la forma de disponerse las arcadas dentarias a través de la musculatura, tejidos blandos, etc. Por todo ello, es muy importante desde el nacimiento del niño algo muy valioso para su posterior desarrollo y en el cual desempeña un papel importante la familia: la lactancia materna.

    Durante la lactancia materna se produce la activación de la musculatura bucal y se movilizan las estructuras del aparato bucal del recién nacido, lo cual influye en el crecimiento y desarrollo armonioso de las estructuras bucodentales, tanto óseas como dentales y musculares, mejorando la oclusión dental en etapas posteriores del desarrollo infantil, contribuyendo a la prevención de caries dentales y a las anomalías orofaciales, por ejemplo evita apiñamientos dentales y mordidas abiertas, entre otros.
  • CUIDADO DE LA SALUD BUCODENTAL EN FAMILIA
    La familia constituye una parte esencial del entorno, cuanto más eficiente sea el papel de la familia, unido al trabajo de odontólogos y otros profesionales, se alcanzarán mejores resultados en la prevención de enfermedades y promoción de salud, fundamental para mejorar la calidad de vida. Para poder lograr promoción y prevención dentro de la familia con respecto a la salud bucal, es necesario que esta conozca los factores de riesgo y de protección que pueden estar influyendo en su entorno.
  • FACTORES DE RIESGO DE CARIES DENTAL EN LA INFANCIA
    • Factores nutricionales
      • Afectación nutricional prenatal
        • Infecciones graves o déficit nutricional importante en el 3er trimestre gestacional.
        • Ingesta de tetraciclinas por la madre.
        • Prematuridad.
      • Afectación nutricional postnatal
        • Insuficiente ingesta de calcio, fosfatos y flúor.
        • Hábitos alimentarios inadecuados: Chupetes o tetinas endulzados, biberón para dormir, consumo de bebidas con azúcares ocultos (zumos, bebidas carbónicas), consumo de jarabes endulzados, etc.
    • Factores relacionados con la higiene dental
      • Alteraciones morfológicas
        • Malformaciones orofaciales de la cavidad oral.
      • Deficiente higiene oral
        • Uso de ortodoncias.
        • Mala higiene oral de los padres y hermanos.
        • No correcta eliminación de la placa dental.
        • Minusvalías físicas y/o psíquicas importantes.
    • Factores asociados con xerostomía (sequedad de boca)
      • Hipertrofia adenoidea.
      • Anticolinérgicos.
      • Síndrome de Sjögren.
      • Displasia ectodérmica.
    • Factores en los que la manipulación dental es frecuente
      • Cardiopatías.
      • Inmunosupresión.
      • Hemofilia y otros trastornos de coagulación.
  • FACTORES PREVENTIVOS DE LA CARIES DENTAL EN LA INFANCIA
    • Medidas dietéticas
      • Consumir alimentos saludables y evitar alimentos o hábitos cariogénicos, en todas las edades
      • Recomendar lactancia materna y hábitos alimenticios sanos, especialmente en el desayuno.
      • Informar de los alimentos cariogénicos. Los alimentos con mayor potencial cariógeno son los que contienen azúcares refinados (sacarosa). La frecuencia de su ingestión es más importante que la cantidad ingerida de una vez. Evitar azúcares de textura pegajosa o adhesiva, retener alimentos azucarados en la boca (biberón para dormir o endulzar el chupete) y la ingesta frecuente entre comidas.
      • Promover cumpleaños "saludables" y evitar ofrecer caramelos como regalo o entre comidas.
      • Limitar el consumo de refrescos azucarados, zumos y dulces, sobre todo entre las comidas y al acostarse.
      • Prescribir medicamentos sin azúcar.
    • Medidas higiénicas
      • Cepillado dental
        • Los padres deben cepillar los dientes a los menores de 2 años y supervisar a los mayores.
        • Limpiar todas las superficies dentarias: internas, externas y masticatorias.
        • Comenzar el cepillado siempre por el mismo lado y realizar el mismo recorrido en ambas arcadas.
        • Cepillar la lengua y los carrillos suavemente.
        • Enjuagarse para eliminar restos.
        • Cepillar los dientes tras las comidas y al acostarse, o al menos dos veces diarias.
      • El cepillo ideal
        • Es de fibras de nailon o sintéticas, con extremos redondeados, dureza media o blanda, cabezal pequeño y 2 o 3 filas de cerdas. Mayores de 10 años cepillo de adulto. Cambiarlo cada 3-4 meses o antes si está deteriorado.
          En los niños con riesgo de caries recomendar utilizar seda dental cuando el cepillado sea una rutina.
      • El uso de dentífrico fluorado
        • Es la medida más eficaz para prevenir caries en los países desarrollados. El nivel máximo de flúor recomendado en Europa es de 1.500 ppm.
        • Mantener el dentífrico fuera del alcance de niños pequeños.
        • La enfermedad periodontal (gingivitis, periodontitis) es una patología muy prevalente en el adulto y rara en la infancia, época en la que se deben promover hábitos adecuados y buena higiene oral.
      • Empleo de flúor tópico
        • La medida más eficaz para prevenir caries es la exposición a dosis bajas y continuas de flúor en la cavidad oral tras la erupción dental. La vía tópica es la más eficaz y segura. Se realiza con pastas dentífricas, colutorios y preparados concentrados (geles o barnices). La ingesta de agua fluorada a lo largo del día se considera también una forma tópica de administrar flúor.
          El exceso de flúor puede provocar la enfermedad conocida como fluorosis, que puede afectar tanto a los dientes como a los huesos.


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