Las aftas bucales son lesiones benignas que se producen en la mucosa de la boca. Aparecen como una lesión blanca o amarilla, a veces rodeada de un área de color rojo, en el interior de los carrillos y labios, bajo la lengua, en el paladar blando y las encías.

La causa u origen es desconocida aunque se relacionan con situaciones de estrés, manipulaciones dentales, mordeduras de lengua o carrillos, infecciones, falta de vitaminas, alergias a alimentos, enfermedades reumáticas, la menstruación y el embarazo.

Aunque son comunes y, en la mayoría de los casos, no son graves, pueden ser molestas y dolorosas. El dolor es intenso los 2-3 primeros días, disminuye en 7 o 10 días y suele desaparecer en 1-2 semanas sin tratamiento. No son lesiones contagiosas.

¿Qué hacer?

  • Asegúrese de mantener una adecuada higiene bucal con un cepillado correcto y el uso diario del hilo dental o cepillos interdentales. Haga enjuagues bucales de agua con sal o soluciones antisépticas o antiinflamatorias después de lavarse los dientes
  • Solicite una visita anual con su dentista
  • La aplicación de solución de agua oxigenada rebajada a la mitad con agua sobre la úlcera alivia el dolor. Si el dolor le impide comer, puede utilizar cremas o geles tópicos con ingredientes antiinflamatorios o anestésicos antes de cada comida
  • Evite alimentos calientes o muy condimentados ya que pueden irritar la zona afectada
  • Si el dolor es importante, puede tomar paracetamol

¿Cuándo consultar?

  • Si la úlcera es mayor de 1 cm
  • Si dura más de 2 semanas
  • Si los síntomas de las aftas dolorosas persisten o empeoran
  • Si no le deja comer
  • Si reaparecen más de 3 veces por año
  • Si tiene fiebre, diarrea, dolor de cabeza o erupciones en la piel