La demencia es un síndrome, generalmente de naturaleza crónica o progresiva, caracterizado por el deterioro de la función cognitiva más allá de lo que podría considerarse una consecuencia del envejecimiento normal

La demencia está causada por un trastorno cerebral y como resultado se afecta gravemente la capacidad de la persona que la padece para llevar a cabo sus actividades cotidianas de manera independiente, generando además cambios en la conducta, la capacidad motriz, la resolución de problemas, y demás funciones cerebrales superiores. La forma en que se alteran las neuronas no ha sido descubierta todavía.

Las enfermedades que causan demencia con mayor frecuencia son:

  • Enfermedad de Alzheimer
  • Demencia vascular
  • Demencia por cuerpos de Lewy.
  • Enfermedad de Pick

El deterioro que se produce en la demencia, generalmente, es progresivo, ocasionando paulatinamente la pérdida de las capacidades más básicas de la persona (vestirse, alimentarse, caminar…). Debido a la amplia gama de áreas cerebrales que pueden verse afectadas por estas enfermedades, cabe destacar la repercusión que tienen sobre todas las facetas de la persona, ya sea personal, familiar, social, laboral…

Signos y síntomas

La demencia afecta a cada persona de manera diferente, dependiendo del impacto de la enfermedad y de la personalidad del sujeto antes de empezar a padecerla. Los signos y síntomas relacionados con la demencia se pueden entender en tres etapas.


Tratamiento y atención

No hay ningún tratamiento que pueda curar la demencia o revertir su evolución progresiva. Existen numerosos tratamientos nuevos que se están investigando y se encuentran en diversas etapas de los ensayos clínicos.

Sin embargo, sí existen numerosas intervenciones que se pueden ofrecer para apoyar y mejorar la vida de las personas con demencia y sus cuidadores y familias. Los objetivos principales de los servicios de atención relacionados con la demencia son:

  • Diagnosticarla precozmente para posibilitar un tratamiento precoz y óptimo.
  • Optimizar la salud física, la cognición, la actividad y el bienestar.
  • Identificar y tratar enfermedades físicas concomitantes.
  • Detectar y tratar los síntomas conductuales y psicológicos problemáticos.
  • proporcionar información y apoyo a largo plazo a los cuidadores.