Infección respiratoria pediátrico

Los síntomas respiratorios leves pueden incluir tos, mocos, malestar general, dolor de garganta y fiebre. Su causa suelen ser infecciones, sobretodo víricas, que se trasmiten fácilmente de persona a persona por secreciones que permanecen en el aire al toser, hablar o estornudar.

Estas secreciones también pueden quedar en las manos o superficies, por lo que también se puede transmitir por contacto. La duración de los síntomas es variable, pudiendo ser de unos pocos días hasta 1 o 2 semanas.

¿Qué hacer?

  • Lavarse las manos con frecuencia usando agua y jabón: antes de las comidas, usar el wc y tras sonarse o toser.
  • Siempre toser y estornudar sobre codo, antebrazo o pañuelos desechables de un solo uso.
  • Evite que se lleven a la boca objetos o juguetes compartidos.
  • Limpieza de superficies y objetos de forma frecuente y ventilación adecuada de la vivienda.
  • No fume en espacios en los que puedan estar los niños.
  • Evitar contactos innecesarios con otras personas, especialmente con personas vulnerables. No acudir a centros educativos, ni guarderías.
  • Asegurar una buena hidratación, dar líquidos con frecuencia.
  • No cubrir mucho a los niños con fiebre.
  • Solo usar medicamentos para la fiebre si hay malestar o dolor.
  • La mayoría de estos síntomas están causados por un virus, los antibióticos no los mejoran, ni favorecen la recuperación. Tampoco el uso de mucolíticos, antitusígenos, anticatarrales y antihistamínicos han demostrado en catarros en niños.
  • Para mejorar la expulsión de moco:

    • Hágale lavados nasales con suero fisiológico o con espráis de agua de mar (en farmacias).
    • Si se trata de un bebé, puede aspirar los mocos con una perilla de goma, con suavidad.
    • Realice el lavado o aspirado en cualquier momento, sobre todo antes de las tomas y antes de acostarse.
    • También es útil respirar el vapor que produce el agua caliente de la ducha.
  • ¿Cuándo consultar?

  • Fiebre en edad menor de 3 meses.
  • Fiebre elevada mantenida durante más de 3 días.
  • Dolor intenso localizado o supuración en el oído.
  • Si es lactante y rechaza las tomas.
  • Si la tos le hace vomitar o impide el descanso nocturno.
  • Si esta poco reactivo.
  • Si el dolor de garganta le impide tragar.
  • Si la tos o los mocos duran más de 10 días.
  • Si hay dificultad para respirar (respiración rápida, se marcan las costillas, se hunde el esternón, se oyen pitos).